Tour en 4x4 al puerto de Sandwich desde Walvis Bay
Acerca de esta actividad
- Tu reserva se confirmará en el momento
- Esta opción tiene cancelación GRATUITA: ¡reservá sin problemas!
Lo más destacado
Explora el lugar donde las dunas del Namib se zambullen en el Atlántico en un tour privado en 4×4 hasta Sandwich Harbour. La aventura parte cada mañana y tarde desde Walvis Bay; tu guía te recoge en el hotel o en el punto de encuentro indicado y, en menos de 30 minutos, estarás envuelto por un mar de arena que cambia de forma con cada soplo de viento.
El recorrido dura unas 5 horas e incluye pistas off-road, bajadas en diagonal por dunas de más de 100 m y paradas para observar flamencos y chacales en la laguna. A mediodía disfrutarás de un almuerzo tipo safari con bebidas frías, servido sobre mantas frente a la inmensidad del desierto.
- Reserva tu plaza y evita grupos masivos
- Vive la adrenalina de descender dunas hasta tocar la orilla
- Disfruta de almuerzo incluido con vistas al desierto-océano
Qué incluye
- Recogida y regreso en alojamientos de Walvis Bay o punto céntrico acordado
- Ruta en 4×4 climatizado conducido por guía local
- Almuerzo tipo picnic con bebidas (agua, refrescos y cerveza)
- Paradas fotográficas en la laguna y en las dunas de Sandwich Harbour
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La experiencia en detalle
Tras salir de Walvis Bay, el vehículo bordea la laguna repleta de flamencos y pelícanos. El guía ajusta la presión de los neumáticos, enciende la tracción total y se adentra en un laberinto de dunas color cobre. A cada cresta, el conductor detiene el 4×4 para que fotografíes huellas de órice y las ondas perfectas que dibuja el viento sobre la arena.
La ruta continúa hasta la gran duna que custodia Sandwich Harbour. El descenso, controlado y en diagonal, deja el corazón en la garganta antes de detenerse a pocos metros de la rompiente. En esta franja donde el desierto besa el océano dispondrás de tiempo libre para caminar sobre la concha triturada, avistar chacales de lomo negro o, simplemente, contemplar la inmensidad.
En un lugar protegido del viento, la tripulación extiende mantas y sirve un almuerzo campestre: bocadillos recién hechos, ensalada, fruta fresca, agua, refrescos y cerveza local bien fría. Mientras comes, el guía relata cómo este puerto natural albergó barcos balleneros en el siglo XIX y por qué hoy las dunas avanzan unos dos metros al año.
El camino de regreso trepa nuevas laderas —cada una distinta por la luz cambiante— y ofrece una última parada en un mirador donde arena y espuma se funden en un único horizonte. De vuelta a Walvis Bay te sorprenderá lo rápido que la ciudad retoma su ritmo mientras tú aún llevas arena en los zapatos y un recuerdo imborrable del Namib.