Tour de fantasmas por las cuevas de Saint Paul
Acerca de esta actividad
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Lo más destacado
Atrévete a descender a las Wabasha Street Caves cuando cae la noche y descubre los ecos de los contrabandistas, gánsteres y mineros que aún —según cuentan— merodean entre sus pasadizos. En un recorrido de 75 minutos un guía especializado hace revivir leyendas de apariciones, balaceras y extraños susurros en las galerías excavadas en arenisca bajo Saint Paul.
- Reserva tu linterna y explora cámaras iluminadas apenas por faroles
- Escucha relatos verídicos de la era de la Prohibición y sucesos sobrenaturales documentados
- Captura fotos espectrales en salones de baile art déco y túneles clandestinos
Qué incluye
- Entrada y tour guiado nocturno de 75 minutos por Wabasha Street Caves
- Uso de linterna LED individual
- Relatos documentados de la época gánster y fenómenos paranormales
- Traslados hasta/desde el punto de encuentro
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La experiencia en detalle
La aventura empieza junto al arco principal de las cuevas. Tras cruzar la puerta, la temperatura baja de golpe y el sonido exterior se apaga; el guía marca el paso con una linterna de queroseno y, a la luz temblorosa, narra la tragedia del minero que cayó al pozo de ventilación en 1892 —la primera de muchas almas perdidas que, dicen, aún se manifiestan como sombras fugaces en los muros de arenisca.
El grupo avanza hasta el Gran Salón de Baile: lámparas art déco cubiertas de polvo cuelgan sobre un suelo desgastado por tacones y pistolas contrabandistas. Aquí se oyen, según los vigilantes, acordes de jazz flotando en el silencio. En el lateral, el “gun room” conserva impactos de bala intactos; al dirigir la linterna, las sombras adquieren formas inquietantes.
Más adelante, un pasadizo bajo bóveda baja conduce a la cámara subterránea del río. El guía solicita un minuto de oscuridad total: se apagan linternas, y el goteo del agua retumba como un tambor lejano. Muchos visitantes aseguran sentir una ráfaga helada —sin corriente de aire observable— o ver destellos anaranjados, acaso de faroles fantasmales.
El recorrido culmina en la antigua cueva de setas, donde se relatan desapariciones nunca resueltas de la época de la Ley Seca. Al salir de nuevo a la superficie, la brisa del Misisipi parece más cálida que nunca y los sonidos de la ciudad resultan extrañamente reconfortantes: acabas de regresar del subsuelo con historias que pondrán la piel de gallina a cualquiera.