Dueña de una personalidad futbolística inconfundible, la escuadra balcánica se apoya en el control del ritmo, la calidad de su mediocampo y una competitividad inagotable, capaz de estirar cada encuentro hasta el límite.
Al otro lado aparece el bloque nipón, reconocible por su presión sincronizada, la disciplina entre líneas y las transiciones relámpago a base de combinaciones cortas. En Qatar 2022 volteó marcadores ante potencias europeas y dejó claro que puede dominar a cualquier adversario.
El pasado reciente pesa: el combinado ajedrezado eliminó a los asiáticos en los octavos de aquella cita tras un pulso igualadísimo que se resolvió en la tanda de penaltis. Con la fase de grupos en plena ebullición, cada unidad en la tabla es oro puro y este Japón–Croacia se define en cada duelo en la medular, en cada pérdida comprometida y en cada transición mal ajustada.
Subcampeona en 2018 y tercera en 2022, la selección ajedrezada se sostiene en la batuta de Luka Modrić, el despliegue de Mateo Kovačić y la jerarquía de Joško Gvardiol en la zaga.
Enfrente, el combinado del sol naciente llega tras una fase de grupos sobresaliente en 2022, con triunfos ante grandes potencias y un bloque que mezcla esfuerzo colectivo y talento con futbolistas como Ritsu Doan, Kaoru Mitoma o Wataru Endo. Dos selecciones que ya firmaron un choque memorable vuelven a cruzarse con muchísimo en juego: no esperes a que te lo cuenten, asegura tu entrada y vive en directo un Japón–Croacia que puede marcar el futuro del grupo.